Muchos tutores creen que solo deben llevar a sus mascotas al veterinario cuando están enfermas, pero esa idea puede poner en riesgo su salud. Las visitas preventivas permiten detectar a tiempo enfermedades que no siempre presentan síntomas evidentes, como problemas renales, cardíacos o articulares. Además, durante estos chequeos se actualiza el plan de vacunación, se realiza desparasitación y se revisan aspectos como el peso, la piel, los dientes y el comportamiento. Estos controles periódicos son especialmente importantes en animales jóvenes y en aquellos de edad avanzada. Un examen clínico una o dos veces al año puede hacer una gran diferencia en la calidad y la duración de vida de tu compañero. Como veterinarios, preferimos prevenir antes que curar, porque sabemos que un diagnóstico temprano permite actuar rápido y con mejores resultados. La salud de tu mascota no espera: agenda sus chequeos con responsabilidad y cariño.